¡Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos! En efecto, ¿quién conoció el pensamiento de Señor? O ¿quién fue su consejero? O ¿quién le dio primero que tenga derecho a la recompensa? Porque de él, por él y para él son todas las cosas. ¡A él la gloria por los siglos! Amén" Rom 11,33-35
   
  AUTOCEFALIA UNIVERSAL Y APOSTOLICA EN EL ESPIRITU DE S. BENITO ABAD Y S. IGNACIO DE LOYOLA +JOSE FERNANDO MONTOYA
  Tema12CON DIOS EN CRISTO
 

CATECUMENADO 12                                                                                                                                                               
J/QUIEN-ES
NOS ENCONTRAMOS CON DIOS EN CRISTO

OBJETIVO CATEQUETICO
* Descubrir que en el encuentro con Cristo nos encontramos
con el propio misterio de Dios.
* Toma de conciencia de los interrogantes y reacciones
que suscita en nosotros el misterio de Cristo.

211. ¿Quién es éste?
"Subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. De pronto se
levantó un temporal tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas;
El dormía. Se acercaron los discípulos y lo despertaron gritándole:
¡Señor, sálvanos, que nos hundimos! El les dijo: ¡Cobardes! ¡Qué poca
fe ! Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran
calma. Ellos se preguntaban admirados: ¿Quién es éste? ¡Hasta el viento
y el agua le obedecen!» (Mt 8, 23-27).

212 ¿Qué dice la gente...?
Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a
sus díscípulos: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?» Ellos
contestaron: Unos dicen que Juan Bautista; otros, que Elias; otros, que
Jeremias o uno de los profetas (Mt 16, 13-14). El pueblo reconoce en
Jesús a un profeta. Pedro ha llegado más lejos: le ha sido dado a
comprender que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Jesús les
recomienda silencio. El pueblo espera un mesías político, pero Jesús no
va a responder a semejante expectativa (Jn 18, 36). Sus caminos son
diferentes (Mt 16, 21 ss.).

213. Los interrogantes de hoy y de siempre También hoy, como hace
veinte siglos, la figura de Jesús suscita profundos interrogantes: ¿Quién
es realmente Jesús? ¿Un gran hombre del pasado? ¿Un revolucionario?
¿Un profeta? ¿Un mito? ¿Un guerrillero? ¿Un hermano para cada
hombre? ¿Alguien que actúa en nuestra vida? ¿Aquél sin el cual nada
tendría sentido?

214. Y vosotros... ¿quién decís que soy yo?
Tras el sondeo de lo que dice la gente, Jesús hace la pregunta directa:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (/Mt/16/15). Decir supone aquí
confesar, reconocer el misterio de Cristo o, por el contrario, negarlo. En
el camino de los hombres hacia Cristo hay un punto en el que uno deja
de ser espeCtador, para comenzar a ser protagonista de una lucha en la
que de nada sirven los términos medios: "el que no está conmigo, está
contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama" (Lc 11, 23).

215. "Tú eres el Cristo.."
A la pregunta de Jesús, Pedro responde resueltamente, con la luz que
procede de lo alto: "Tú eres el Mesias, el Hijo de Dios vivo» (Mt 16, 16).
Discernir quién es Jesús es para Pedro, Nicodemo, el centurión, los
endemoniados, Tomás..., etc., una cuestión planteada a partir de la
presencia gratuita del misterio de Cristo. Cada cual lo comprende a su
modo y a diferente nivel, según la situación o condición de cada uno.

216. Reacciones diversas ante el misterio de Cristo: la admiración
Así, por ejemplo, el pueblo percibe en él un profeta. Nicodemo ve en
Jesús un maestro venido de parte de Dios, porque nadie puede hacer
esos signos, si Dios no está con él (Jn 3, 2). El centurión ha creído que
Jesús tiene poder sobre la enfermedad, que le está sometida y le
obedece, como los soldados acatan órdenes superiores (Mt 8, 5-13). Los
discípulos, ante la tempestad calmada, descubren algo tan extraordinario
y trascendente que sólo pueden formular en forma de pregunta: "¿Quién
es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecenb" (Mt 8, 27). El Padre
celestial revela a Pedro la respuesta certera y exacta que no puede
provenir "de la carne ni de la sangre": Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios
vivo (Mt 16, 16-17).

217. El escándalo de lo cotidiano J/ESCANDALO:
Por otro lado, quienes vieron y oyeron a Jesús de Nazaret tropezaron
a veces con el hecho de haberle conocido desde hacía mucho tiempo en
su vida cotidiana. ¿Cómo comprender entonces el misterio de un hombre
a quien hemos conocido de niño y de adolescente?: "Fue a su ciudad y
se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decia admirada: ¿De dónde
saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero?...
Y aquello les resultaba escandaloso. Jesús les dijo: Sólo en su tierra y en
su casa desprecian a un profeta" (/Mt/13/54-57).

218. Un discernimiento a través de la repulsa
Existe también un conocimiento negativo, un discernimiento en el odio,
una intuición a través de la repulsa, de lo que es en el fondo Jesús de
Nazaret. Esta es la experiencia de los endemoniados. Vinieron a su
encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, y tan furiosos
que nadie podía pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar: «¿Qué
quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes
de tiempo?» (Mt 8, 29; cf. Mc 5, 1-2(); Lc 8, 26-39).

219. Una resistencia profunda y dolorosa
Es una verdad comprobada por la propia experiencia; el hecho de que
el Misterio absoluto de Dios se nos revela en el hombre Jesús, nos
desconcierta; sus pretensiones de adherirnos incondicionalmente a El
para la salvación, nos iluminan y al mismo tiempo encuentran en
nosotros misteriosas resistencias. Es posible que detectemos también en
nosotros esa resistencia hacia la persona de Cristo.

220. La adoración, fruto de la Pascua
La Iglesia primitiva adquiere conciencia definitiva de la identidad de
Jesús como fruto directo de su Pascua. Si su condición anterior de siervo
habia dejado patente hasta qué punto Jesús había sido uno de nosotros,
semejante en todo menos en el pecado, la experiencia pascual de la
resurrección deja al descubierto su condición trascendente: es el Señor,
lo mismo que Yahvé.
A la luz de la experiencia pascual, los discipulos accedieron a la clara
conciencia de la condición divina de Jesús. Ante el misterio del Cristo, los
Apóstoles y la Iglesia apostólica de todos los tiempos se rinden en actitud
de adoración y hacen suya la profesión de Tomas: «Señor mío y Dios
mio» (/Jn/20/28).

221. Misterio de la pre-existencia de Jesus
La Iglesia apostólica, al reconocer a Jesús como Señor, profundiza,
bajo la acción del Espíritu de Verdad, en el misterio de la pre-existencia
de Jesús. Jesús es el Señor del mundo venidero, Señor de vivos y
muertos, es el último, y por ello es el primero, el origen de todo, el Señor
del universo (Ap 1, 8; 21, 6; 22, 13).
Jesús de Nazaret ha existido desde siempre «en su condición divina»
(Flp 2, 6): él es "el Hijo Unico" que Dios, por amor, ha entregado al
mundo "para que no perezca ninguno de los que creen en El, sino que
tengan vida eterna" (Jn 3, 16).
Jesús de Nazaret existió con anterioridad a Abraham: "Abraham,
vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi dia: lo vio, y se llenó de
alegria" (Jn 8, 56). El pudo decir con toda verdad: "Yo y el Padre somos
uno" (Jn 10, 30).
Jesús de Nazaret es la Palabra que, "en el principio", "estaba con Dios"
y "era Dios" (Jn 1, 1 ); es el Hijo, por quien Dios "ha habiado en estos
últimos tiempos", "resplandor de su gloria e impronta de su esencia (cf
Hb 1, 1-4). Es esa Palabra la que "se hizo carne y acampó entre
nosotros" (Jn 1, 14).
El secreto de Jesús de Nazaret sólo lo conoce el Padre y aquéllos a
quienes se les revela: "Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie
conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y
aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar". (Mt 11, 27).
222. Cristo, verdadero rostro de Dios para los hombres
y verdadero rostro del hombre para Dios
El Híjo de Dios, Nuestro Señor Jesucristo, es, según el Concilio de
Calcedonia, "verdaderamente Dios y verdaderamente hombre",
"consustancial con el Padre, por lo que se refiere a la divinidad, y
consustancial con nosotros por lo que se refiere a la humanidad", Uno
sólo y mismo Hijo Unigénito, Dios Verbo, Señor Jesucristo (DS 301-302).
Afirma, pues, que Cristo es verdadero y entero Dios, y entero y
verdadero hombre en un mismo sujeto personal. Así, Cristo es, a la vez,
el verdadero rostro de Dios para los hombres y el verdadero rostro del
hombre para Dios (cf. Tema 17).

223. Cristo, revelador del misterio de Dios
Cristo es el verdadero rostro de Dios para los hombres, «imagen de
Dios invisible» (Col 1, 15), el intérprete perfecto del Padre (Jn 1, 18). Por
ello nos dice en el evangelio de San Juan: "quien me ha visto a mí ha
visto al Padre" (Jn 14, . Revelador del misterio de Dios, como Amor (1
Jn 4, 16) y Amor entre personas. Revelador del Espíritu. En Cristo se
manifiesta la gratuidad y la misericordia de Dios para con el hombre (Jn
3, 16).

224. Cristo, revelador del misterio del hombre
Cristo es el verdadero rostro del hombre para Dios, Cristo es revelador
del hombre. El hombre se encuentra a si mismo, cuando vive en el amor,
en éxodo, en confianza, en misericordia, en servicio y a la escucha de
Dios, en comunidad de fe; recobra su identidad como imagen de Dios,
cuando vive como hijo del Padre, rescatado del poder del pecado y de la
muerte. El hombre se humaniza a medida que se hace semejante al
Padre y a Cristo -hijo del Padre-, por la fuerza del Espiritu. Cristo, el
Hombre Nuevo, «revela plenamente el hombre al hombre" (GS 22). El es
"imagen de Dios" y, también, prototipo del hombre, pues, dice San Pablo,
Dios nos predestinó a reproducir la imagen de su Hijo (/Rm/08/29).
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PISTAS PARA LAS REUNIONES

TEMA 12. NOS ENCONTRAMOS CON DIOS EN CRISTO

1) "¿Qué dice la gente que es el Hijo del Hombre?" (Mt 16, 13).
¿Quién es realmente Jesús de Nazaret?
- ¿un gran hombre del pasado?;
- ¿un revolucionario?;
- ¿un profeta?;
- ¿un mito?;
- ¿un guerrillero?;
- ¿un hermano para cada hombre?
- ¿Alguien que actúa en nuestra vida?;
- ¿Aquél sin el cual nada tendría sentido?

2) "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" (Mt 16, 15).

3) Reacciones diversas que experimentamos ante el misterio de Cristo:

- ¿admiración?;
- ¿el escándalo de lo cotidiano? (también hoy).
- ¿un discernimiento a través de la repulsa?
- ¿una resistencia dolorosa y profunda?
- ¿adoración? ("Señor mío y Dios mío") Jn 20, 28).

4) Cristo, verdadero rostro de Dios para los hombres y verdadero
rostro del hombre para Dios. Poner en común qué significa esto para
nosotros. Comentar los nn. 222-224.
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TEMA 12-1

OBJETIVO:
TOMA DE CONCIENCIA DE LAS DIVERSAS REACCIONES
QUE SUSCITA EN NOSOTROS EL MISTERIO DE CRISTO

PISTA PARA LA REUNION
* Mi reacción ante Cristo es:
1 Desinterés.
2 Admiración.
3 Rutina.
4 Repulsa.
5 Resistencia.
6 Búsqueda.
7 Adoración.

PLAN DE LA REUNION
* Información: Personas, hechos, problemas...
* Posible oración. Salmo compartido.
* Presentación de la pista.
* Comentario en pequeñio grupo.
* Gran grupo: Lo más importante.
* Oraci6n final. Canto.
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TEMA 12-2

OBJETIVO:
TOMA DE CONCIENCIA DE LOS INTERROGANTES ACTUALES
EN TORNO AL MISTERIO DE CRISTO

PISTA PARA LA REUNION
* "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Mt 16, 15):
1 Un gran hombre del pasado.
2 Un revolucionario.
3 Un profeta.
4 Un mito.
5 Un guerrillero.
6 Un hermano para cada hombre.
7 Alguien que actúa en mi vida.
8 Aquél sin el cual nada tendría sentido.

PLAN DE LA REUNION
* Información: Personas, hechos, problemas...
* Pista: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Mt 16, 15).
* Presentaci6n de la pista:
- Pequeño grupo.
- Gran grupo: Lo más importante. Diálogo.
* Oración final. Salmo compartido. Canto.
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TEMA 12-3

OBJETIVO:
DESCUBRIR QUE EN EL MISTERIO SECRETO NOS ENCONTRAMOS

CON EL PROPIO MISTERIO DE DlOS

PUNTOS CLAVE
* Interrogantes (actuales).
* Reacciones diversas (actuales).
* Cristo, rostro de Dios para los hombres y rostro del hombre para
Dios.

PLAN DE LA REUNION
* Oración inicial. Salmo.
* Información: Personas, hechos, problemas...
* Presentación del tema 12: Posible lectura de Mt 16, 21ss.
* Lectura del mismo. Cuchicheo. Puesta en común: Lo más importante.

 
 
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"Así que, no se gloríe nadie en los hombres, pues todo es vuestro: ... el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro; y vosotros, de Cristo y Cristo de Dios" ICor 3, 21-23 Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
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