ORACIÓN:
Señor, Dios nuestro, te pedimos por intercesión de san Benito, hijo tuyo y hermano nuestro, que quienes hoy alimentan la mejor esperanza de futuro para Europa se miren más en el espejo de la historia benedictina para aprender y enseñar al mismo tiempo humanidades y divinidades, trabajo y oración, justicia y fraternidad. Amén.
Palabra de Dios
Lectura del libro de los Proverbios 2, 1-9:
“Hijo mío: si aceptas mis palabras [de sabiduría] y conservas mis consejos; si prestas oído a la sabiduría y atención a la prudencia; si invocas a la inteligencia y llamas a la prudencia; si la procuras tanto como el dinero, y la buscas tanto como un tesoro, entonces tú comprenderás el temor del Señor y alcanzarás el conocimiento de Dios. Porque es el Señor quien da la sabiduría, y de su boca proceden la prudencia y la inteligencia. Él atesora sensatez para el honrado, hace de escudo al de conducta intachable, cuida de los justos y guarda el camino de los fieles....”
Evangelio según san Mateo 5, 1-12:
“Aquel día, Jesús, al ver el gentío, subió a la montaña, se sentó... y se puso a hablar a sus discípulos enseñándoles: Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán “los hijos de Dios”. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”.
|